[El Cartucho de Relleno] Todo lo que querías saber sobre los sistemas de clasificación del contenido en videojuegos


 
No es raro oír hablar en los medios de videojuegos violentos, sexistas o con lenguaje soez y cómo afectan a nuestros jóvenes jugones. Para determinar qué juegos son aptos para todos los públicos y cuáles no, existen los llamados sistemas de clasificación de contenido.

Hoy, en El Cartucho de Relleno, veremos cuáles son los más importantes a nivel mundial y cómo funcionan, además de preguntarnos si de verdad sirven para algo...

Durante toda la historia de la industria de los videojuegos han habido y seguirán habiendo videojuegos que, por alguna u otra razón pueden no ser recomendables para cierto tipo de público. Así como parece de sentido común no dejar que un niño de 3 o 4 años se vea una peli porno (aunque dudo que estuviera interesado), también lo es pensar que determinado contenido (no solo sexual sino violento, con lenguaje malsonante...) que puede estar presente en algunos videojuegos, tampoco es recomendable para todos los públicos.

Repartidas por todo el globo existen diferentes sistemas de clasificación de contenido para videojuegos que se encargan de avisar sobre el contenido incluido en un videojuego y establecen unas normas estándares sobre el público al que dicho contenido está recomendado. Vamos a ver a continuación cuáles son las más importantes:

PEGI

El sistema PEGI (Pan European Game Information) es el sistema europeo de clasificación de contenido de videojuegos.

En la mayoría de los países dónde se aplica es de carácter voluntario y normalmente no está respaldado por ninguna legislación. Esto quiere decir que no necesariamente todos los juegos que salgan al mercado deberán llevar la calificación PEGI, aunque prácticamente todas las compañías lo hacen, y que sus sellos son simplemente informativos pero no implican ninguna norma legal.

ESRB

El ESRB (Entertainmnet Sotfware Rating Board) es el sistema de clasificación vigente en EEUU, Canadá y México.

También es de carácter voluntario, pero prácticamente está extendido a todos los productos de software. Algunas cadenas comerciales incluso exigen a las compañías de videojuegos que sus productos estén etiquetados con ESRB o sino no se pondrán a la venta.

Otras

  • CERO (Computer Entertainment Rating Organization), vigente en Japón
  • ACB (Australian Classification Board), para territorios australianos
  • BBFC (British Board of Film Classification) estándar británico que también se aplica a películas aunque actualmente se encuentra en proceso de ser sustituido por PEGI en el sector de los videojuegos
  • USK (Unterhaltungssoftware Selbstkontrolle, algo así como Autocontrol en el Software de Entretenimiento) vigente en Alemania aunque también se está sustituyendo por PEGI

¿Cómo funcionan?

El proceso para obtener una etiqueta de rating es más o menos similar en todos los sistemas de clasificación.

El primer paso consiste en que el creador debe rellenar un formulario (con ciertas preguntas elegidas por un comité regulador propio a cada estándar de clasificación) sobre el contenido del videojuego. Esto es razonable, ya que nadie más que el propio creador conoce exactamente los entresijos de cada juego. Este cuestionario suele ser gratuito, aunque para ESRB se debe abonar una couta en función de los costes de producción del videojuego.

A través de este formulario se le otorga al producto una etiqueta provisional. Después, el producto deberá pasar por otros validadores formales que den el visto bueno a las respuestas dadas por el creador del videojuego y revisen sus respuestas si fuera necesario. Una vez pasado esta validación, se le otorga la etiqueta final al producto.


¿De verdad funcionan?

La pregunta aquí no es discutir si las etiquetas están otorgadas adecuadamente (si algún juego está calificado por encima o por debajo de otros de similar contenido) pues esto es materia de las agencias reguladoras que suelen ser imparciales y objetivas (dónde íbamos a parar si no xD). Ni tampoco empezar un debate sobre hasta cuando deberían llegar las recomendaciones y si deberían pasar a ser algo más que meros consejos; por ejemplo, si debería restringirse la venta de videojuegos por edades en función de su clasificación (esto nos daría para un post entero, o para veinte...).

La cuestión es si sirven para algo en la práctica. La idea es que son recomendaciones para que los padres estén informados sobre el contenido del videojuego al que están jugando sus hijos pero, ¿de verdad son conscientes? aun siéndolos, ¿les importa algo?


La respuesta a la primera pregunta suele ser que sí, que la mayoría de usuarios que compran videojuegos (he dicho mayoría, estoy seguro que aun habrá abuelas y abuelos por ahí que no tengan ni idea) sí que conocen el significado de las etiquetas de clasificación. El problema que da respuesta a la segunda pregunta es que, también la mayoría, pasa absolutamente de estas recomendaciones. Hay estudios que afirman que hasta un 90% de usuarios que conocen las recomendaciones no las tienen en cuenta.

¿En qué se traduce esto? Pues que la mayoría de los padres que compran juegos a sus hijos, conocen el contenido que les están proporcionando pero prefieren hacer la vista gorda. Así, no es raro ver niños de 10-12 años jugando online a juegos clasificados para mayores de 18.

¿Cuál es vuestra situación?

Para nuestros jóvenes lectores, ¿miran vuestros padres las recomendaciones sobre contenido y edades antes de compraros videojuegos? ¿os han puesto algún problema alguna vez?

Para nuestros papás y mamás lectoras, ¿miráis las etiquetas cuando regaláis videojuegos? ¿os pueden más las ganas del nene o nena de tenerlo que vuestras reservas para comprárselo?

Cuando yo era niño aun no existía la calificación PEGI, pero mis padres tampoco se preocupaban demasiado de los juegos a los que jugaba. Bueno, siempre que no fueran demasiado cafres. Recuerdo que siempre que jugaba al Carmaggedon cerraba la puerta del cuarto y lo apagaba rápido si escuchaba venir a mis padres xD Seguramente se hubieran escandalizado si me hubieran visto jugar a tan famoso jueguecito.


Para cuando sea padre, contaré con una ventaja respecto a mis papás: yo sí he jugado a videojuegos y, además, me encantan. No creo que haya que seguir a rajatabla todas las recomendaciones que estas agencias nos den, pero si que hay que tener un poco de sentido común y saber qué tipo de contenido es favorable para tu hijo y cuál no lo es tanto.

Primero jugaré yo a sus juegos y después decidiré si se los dejo o no. Aunque puede que si me vicie demasiado no acabe dejándoselo tampoco... animalito ;)

4 comentarios:

Tomás dijo...

Pues mis padres no lo miran...xD, cuando salió San Andreas (GTA) yo rondaba los 8 , 9 años y jugaba tranquilamente... :D

ToniCae dijo...

jeje! pues se ve que tenía razón...

martin dijo...

no podes jugar un videojuego a escondidas de tus padres sos un fracasado, yo de chico jugue a lo q q quise y a mis padres no se les cayo el pelo, y hoy dia vivo sin ningun tipo de trauma ni nada,

ToniCae dijo...

Jeje! Tampoco te pases con lo de fracasado martin, te aseguro que no lo hacia ni por miedo ni nada, sino por respeto a ellos.
Y también he crecido feliz y sin ningún trauma, eh? Sino no estarías leyendo esto ;)

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