Final Fantasy XIII: ¿la caída de un mito?.


Hablar de la primera Playstation es sinónimo de grandes juegos de Rol/RPG, pero en especial de un boom, el de Final Fantasy. Sin duda muchos nos enganchamos a esta saga por el gran impacto que nos causo la séptima entrega, aunque la octava también estuvo a la altura no tendría la misma repercusión.


Desde ese día, los que no conocíamos la saga, comenzamos a jugar en emuladores, distintos remakes, y a realizar compras desproporcionadas de las anteriores entregas de la saga. Evidentemente no todos daban la talla, pero mantenían una estructura y un espíritu aventurero en el que por lo menos, encontrabas un poco de exploración.


Lamentablemente, la exploración desaparece en la última entrega, ni ciudades que visitar, ni mapamundi que recorrer, ni un miserable mercader que puedas encontrar por esos interminables pasillos sutilmente adornados de rocas, paredes y, a veces, de esa barrera mágica que no puedes atravesar por más veces que lo intentes. No, no puedes caerte, el horizonte es inalcanzable y tu destino, lejos de parecerse a Roma, tiene un único camino.


Final fantasy XIII comienza en un mundo flotante creado por los Fal'Cie, seres con poderes divinos y de diseños un tanto estrambóticos, es más, diría que fueron diseñados por un japonés ciego de Lambrusco después de ver un desfile de góticos.


Tras recorrer varios pasillos del mundo flotante llamado Cocoon (el Nido en castellano), al que cada uno llegó por una causa, acabamos dentro de un Fal'Cie que nos terminará maldiciendo con una marca de Lu'Cie, es decir, tendremos que realizar la tarea que nos encomiendan o acabaremos siendo unos seres con andares de zombis y cuerpos de Tyrant. Aquí comienza la historia. Debemos/deben descubrir qué quieren los Fal'Cie que hagamos y por supuesto, hacerlo para dejar de ser Lu'Cie.

Desde su comienzo estamos pulsando nuestro pad en la misma dirección, nos quedamos con la boca abierta en las cinemáticas y haciendo un exceso en la jugabilidad, permitiéndonos pulsar arriba y abajo combinado con R1 en los combates. Tras lo descrito, el juego entra en un bucle que termina cuando te pasas el juego (pero esto aún no lo sabes, aunque lo intuyes). Sinceramente creo que podemos encontrarnos ante un nuevo género: La película de Rol interactiva.



Así que alentado por lo que leía y por un amigo, me dispuse a terminar el tortuoso tutorial de 20 horas, tras el que (decían) se perfilaba un gran juego, pero más lejos de la realidad, el juego nunca llega a despegar. Seguimos recorriendo pasillos y más pasillos, hasta que consigues salir a mundo abierto, en ese momento piensas: "por fin, aquí empieza el verdero juego", lamentablemente para mí, eso era un oasis en medio del océano, nuestro camino empieza a estrecharse de nuevo, asfixiando cualquier resquicio de libertad, así que resignados continuamos. Y continuamos, y continuamos...


Cuándo escapamos del Nido ya conocemos la misión que tendremos que realizar para liberarnos de la marca del Fal'Cie (¿alguien lo dudaba?, sí, exacto, salvar el Nido). Hasta que volvamos es simplemente un sube niveles y relleno en forma de flashback, momentos emotivos y por supuesto, información gratuita.

Como toda historia, tendremos que derrotar al malo maloso que irá apareciendo a lo largo de nuestro camino y que se perfila como enemigo final.
Lamentablemente no hay nada relevante en la historia del juego. Escapas, vuelves y... ves el final.



No todas las cosas podrían ser malas, también el juego consigue avanzar en ciertos puntos de la saga con bastante acierto.


Lo que SI me ha gustado:

- El renovado sistema de combate. Controlamos a un personaje mientras los demás realizan el rol previamente asignado, podremos ir cambiando las combinaciones de roles durante el combate.

- Gráficamente es un producto sobre saliente. No será extraño si te paras simplemente para hacer una panorámica de todo el paisaje, de cuadrar la cámara para obtener una impactante imagen o para observar el gran modelado de los personajes. Eso sí, los escenarios pecan de austeridad.

- ¡Adiós a los combates aleatorios!.

- Las cinemáticas son simplemente IMPRESIONANTES.


Lo que NO me ha gustado:

- Ausencia total de ciudades, personajes con los que interactuar y mercaderes que oferten sus productos.

- La música descompasada la mayor parte de la historia. Puedes ir atravesando un bosque escuchando música ¿dance?.

- Demasiado fácil. No suele plantear ningún reto para el jugador experimentado, el no habituado tampoco sufrirá mucho para terminárselo.

- Las invocaciones han quedado en un segundo plano, sin ellas sería el mismo juego.

- El tutorial más largo que mi memoria alcanza a recordar.

2 comentarios:

Mánuel dijo...

El azar se mezcló con mis pensamientos...

ToniCae dijo...

El XII ya apuntaba maneras a que la saga estaba perdiendo fuerza. Lo cogí con muchas ganas, pero fui incapaz de acabarlo.
Este XIII ha significado la confirmación de que las horas bajas han llegado. Y el XIV, vistas las notas que cirulan por ahí... ¿habrá tocado fondo Final Fantasy?
Yo espero que sí y que solo puedan ir a mejor. Que recuperen los buenos momentos que nos han hecho pasar!

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